domingo, 10 de noviembre de 2013

El vending, un canal de venta con mucho potencial

Hace unas semanas mientras iba corriendo para pillar el AVE (nada nuevo, no os creáis), me llamó la atención algo que, probablemente, ya llevaba tiempo instalado en la estación de tren de Santa Justa en Sevilla pero que mis prisas, o la incompatibilidad horaria que suele suponer salir de viaje cuando aún no es de día con una mente lúcida, no me habían permitido ver: Una máquina expendedora de varios tipos de embutido. Concretamente, de Badía (supongo que los lectores más sureños saben de sobra de quien hablo). Realmente, la idea es muy buena, aunque desconozco cuánto ingresarán y mucho menos qué coste les supone estar ahí.
Creo que con la, tristemente, cada vez más superior cifra de expatriados, Badía podría plantear implantarse en los aeropuertos.
Pero ese no es el tema, el bloque que nos ocupa es el maravilloso mundo del vending, lo que de toda la vida se ha conocido como “máquinas expendedoras” hoy supone una oportunidad de negocio única.
 

Y no sólo me refiero a la venta, en 2008 Smart decidió promocionar sus vehículos en la estación de metro de Shibuya.
 No os imaginéis a nadie comprando un coche a base de moneditas, al presionar el botón, se imprimía un díptico informativo del modelo promocionado. Un soporte innovador y capaz de demostrar el reducido tamaño del híbrido: La acción perfecta.
 
Pero no sólo grandes marcas han utilizado las expendedoras para comunicar, también NOAH, una organización defensora de los derechos de los animales, consiguió sorprender a miles de ciudadanos alemanes en la primavera de 2012 con esto:
 
Sí, una máquina expendedora donde encontrábamos 16 gallinas vivas. En este caso, el objetivo era una protesta contra la forma de vida de muchos animales que viven hacinados y una alegoría a lo que decía el slogan de la campaña “el 68% de las gallinas son tratadas como máquinas de producir huevos”.
 
Comunicar, reivindicar u ofrecer productos novedosos en las tradicionales máquinas como pizzas recién hechas. Que digo yo que si tanto se puede exprimir este formato de venta será por algo, ¿No?
… Y tanto. Grandes marcas de diferentes sectores ya son conscientes de ello.
L’Oréal ha instalado expendedoras de productos de maquillaje en el metro de Nueva York durante unos meses. Pero no sólo se quedaba en ofrecer el producto, con un espejo frontal analizaba al consumidor y le ofrecía el producto que más encajara con su vestimenta. Puede que, en función de los números que presente, se deban plantear ampliar esos meses y llevarlo más allá de la Gran Manzana.
 
 
Fujitsu apuntó alto en 2007 cuando presentó una máquina expendedora de teléfonos móviles que únicamente aceptaba pago con tarjeta de crédito. También incluía accesorios y creo que realmente tiene más sentido esto último… una batería, un cargador de corriente o de vehículo son artículos que podemos necesitar por conveniencia, pero personalmente no me veo adquiriendo mi próximo terminal en la expendedora más cercana.
 
En resumen: Un canal de venta directo, eficaz y relativamente fácil de acercar al cliente que puede volcar este mismo potencial en ser un poderoso formato de comunicación. Eso sí, debemos asegurarnos que nuestro producto necesita realmente esto y no otro tipo de distribución más adaptada  a otras necesidades, y si tenemos claro que el vending es un “traje a medida” para su comercialización, a por todas: que estemos ante una máquina no significa que no debamos de buscar un “algo más” a la experiencia de cliente.

martes, 15 de octubre de 2013

La cesta de la compra, de tu dispositivo a casa

No es ningún secreto. Las ventas online aumentaron para las pymes en España un 6% en el primer trimestre de 2013 con respecto al año anterior (nada asombroso si nos comparamos contra el 50% y 38% respectivamente de Italia y Suiza) y, en el global de Europa, se espera un crecimiento de más del 11% en 2014. A esto, debemos sumarle que el importe medio de las compras a través de la red, es un 7% superior a las que realizamos en las tiendas físicas. Y por si fuera poco, los consumidores cada vez tenemos menos poder adquisitivo, menos tiempo... y menos ganas de perder nuestros pocos momentos de ocio esperando largas colas en establecimientos.


Llegados a este punto, parece tener bastante sentido implementar la venta online en compras que el cliente no suele relacionar en ningún caso con el ocio: La cesta de la compra. Y es que, ¿Quién no ha pasado una tarde comprando ropa entre amigos? ¿O yendo a buscar un libro con el aliciente de disfrutar del silencio y la tranquilidad de una librería? Pero, señores, por 
mucho que las grandes marcas inviertan en retail (ojo, y soy una gran apasionada del sector) en hacer grandes superficies cómodas y algo más agradables, no nos engañemos: Ir a comprar leche y detergente no puede suponer en ningún caso una tarea que esperamos con ilusión. Quien afirme que llegar al aparcamiento, empujar un pesado carrito, comprar productos que no necesitamos pero que nos topamos y nos invade una sensación de "¡Me lo tengo que llevar!", esperar una larga cola, que un artículo tenga el código de barras deteriorado y en caja tengan que solicitar que nos traigan otro, ordenar en bolsas y cargar un maletero para, de vuelta a casa, pillar atasco y sufrir por los congelados, es una experiencia enriquecedora, que tire la primera piedra.

De esto se han dado ya cuenta las grandes marcas del sector: Mercadona, Carrefour, Hipercor, Eroski, Alcampo... y hasta otras más minoritarias como Día, Caprabo (propiedad del grupo Eroski) o MAS se han subido al carro de ofrecer su cartera de productos en la red. 

Pero esto ha ido mucho más allá, han aparecido supermercados sin establecimiento físico, 100% online, lo cual les permite tener una estructura mucho más ligera forjada con un sistema operacional y de distribución competente, ¿El resultado? Precios que pueden competir perfectamente con los gigantes del consumo. 

Dos casos claros y pioneros en nuestro país, TuDespensa.com o HiperDirect.es, comenzaron su andadura en 2012 con más de 5.000 referencias y teniendo el detalle de indicarnos en cada producto cuál es su precio en los competidores tradicionales. Envío en 24-48 horas separado por secciones, un apartado de Ofertas del Día en su web, programa de fidelización por el cual si adherimos a amigos podemos llegar a tener hasta una compra gratis y un gestor de cuenta que nos recuerda qué hemos comprado en anteriores ocasiones... por si fuera poco, podemos pagar con tarjeta de crédito o vía PayPal. Todo son ventajas.

A partir de aquí, nace la especialización: Mismos formatos pero dedicados sólo a productos concretos. Algunos ejemplos son ALaCarne.com (productos cárnicos directos desde MercaMadrid), ArtePan.com, QuesosExquisitos.com... quizás enfocados a un producto más gourmet pero con el mismo trasfondo: Más directo, mejor experiencia de compra y más económico.

No creo que esto vaya a ser ni mucho menos el fin de la distribución de consumo física (por la cuenta que nos trae a los retailers), pero sí es una nueva vía de compra que, a medida que vaya generando confianza en los consumidores y se vaya consolidando, puede ir haciéndose más fuerte y tener más peso en el total de las ventas de las superficies convencionales. Por otro lado y con respecto al formato 100% online, considero que su revolución llegará con el tiempo, a medida que el cliente vaya tomando estos hábitos, ¿Quién sabe si llegarán a tener la capacidad de generar marcas blancas propias?

El tiempo lo dirá...

Fuentes: Forrester, Europa Press, Nielsen.

domingo, 10 de febrero de 2013

España, potencial y talento en el desarrollo de aplicaciones móviles


En los próximos Mobile Premier Awards, que se celebrarán el 25 de febrero en Barcelona, contamos con tres aplicaciones españolas como finalistas de entre las 20 que componen el total de nominadas. Suponemos que no ha sido fácil la selección, pues se han tenido que celebrar cerca de medio centenar de competiciones para ir descartando a las más de 1.400 app’s presentadas.

Y en este reto, figura el nombre de España con tres representaciones:
-     
 The One: Videojuego que ve la luz gracias al canario Gustavo Medina y su equipo. Es un nuevo concepto de juego interactivo en el que se aprovecha la movilidad que ofrece un smartphone, el usuario no puede jugar sólo ni decidir cuándo lo hace, gracias a la geolocalización, cuando el servicio GPS detecta a otro usuario del juego cerca, se inicia la batalla.

-      Wob Lifestyle: Creada por Xan Salgado como herramienta para retailers, ayuda al usuario a encontrar información relevante de las marcas con su Smartphone y sugiere otros productos que puedan interesar al comprador.

-    In Shape Moms: Desarrollada por Kaisa Touminen, de origen finlandés pero afincada en España y autora de un programa de salud prenatal y preparación al parto que decidió compartir con sus conocidos de otros países en forma de app y se ha convertido en un éxito.

Pero no ha hecho falta llegar hasta aquí para saber que en España hay muchos y muy buenos desarrolladores de app, según un informe elaborado por The App Date, en nuestro país han visto la luz más de 20.000 aplicaciones. De este total, sólo el 30% han sido creadas por empresas dedicadas al desarrollo de app como actividad principal, el aplastante 70% lo han hecho profesionales o aficionados independientes. A día de hoy, la más descargada de todas ellas es iBasket (más de 15.000.000 de descargas, desarrollada por Ideateca) y Tu Peso Ideal (4.500.000 descargas aproximadas, desarrollada por Movisol).

Y aprovechando este dato, reiterar la calidad de las app que nacen en nuestro país con dos claros ejemplos: Happen, desarrollada por Airsing Technologies, ayuda a las personas mayores y/o con alguna discapacidad a mejorar su calidad de vida y potenciar su independencia o ABLAH, creada por el malagueño Juan Carlos González, padre de un niño autista que puso en marcha esta herramienta para mejorar el aprendizaje de la comunicación en personas con trastornos similares. La Fundación Vodafone España premió a ambos por su labor en la edición del pasado 2012 de los Smart Accessibility Awards.

Pues como veis, en estos tiempos difíciles no todo van a ser malas noticias, y esto es un claro ejemplo de que cuando ponemos todo nuestro empeño en sacar un proyecto adelante, somos capaces de destacar y de ser un país puntero con profesionales emprendedores.

Por último, os dejo el enlace del último informe The App Date (pincha aquí), elaborado en septiembre de 2012, contiene información adicional que seguro os puede interesar.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Los más influyentes de 2012... según Klout

Supongo que muchos habéis oído hablar de Klout y seréis usuarios, personalmente no la utilizo demasiado aunque sí creo que puede resultar interesante para quienes son cautivos de su personal branding (políticos, deportistas, líderes de opinión, cantantes...).

En resumen, se trata de una aplicación que analiza nuestras interacciones en las redes sociales y, con ello, nuestra habilidad para provocar una reacción en el resto de usuarios. Utiliza un baremo de 0 a 100 y, obviamente, a mayor puntuación más influyentes seríamos. Podemos enlazar a la aplicación las siguientes redes: Facebook, Twitter, LinkedIn, Google+, Foursquare, Youtube, WordPress, Blogger, Last.Fm, Instagram o Tumblr.

Su uso es muy sencillo e intuitivo, no soy ninguna experta en redes sociales y me animé a utilizarla por mi trabajo, pero no me ha resultado nada complicada.

Y una vez que nos registramos en la aplicación y enlazamos todas las redes donde tenemos presencia, ¿Cómo analiza Klout los datos? Pues basándose en tres variables principales:

- True Reach: Número de personas que estamos influenciando de manera directa, es decir, fans o seguidores a los que mis actualizaciones llegan directamente, eliminando cuentas con actividad baja o nula y spam.

- Amplification: Es la probabilidad de que el contenido publicado sea comentado o compartido, se mide mediante retweets, comentarios, menciones...

- Network Score: Mayor puntuación cuanto más influyentes sean los usuarios que han participado en la variable de amplificación.

Y llegados a este punto, nuestra reputación online será visible en una especialidad, materia o zona geográfica determinada. Parece ser que hay bastante polémica con respecto a si podemos denominar o no como influyente a alguien cuya puntuación en Klout sea altísima, pues puede tener una gran aceptación en internet y no ser ninguna referencia en el mundo real. Personalmente, creo que es un medidor de tu actividad online y no hay que darle más importancia.

Pero, ¿Por qué quería hablaros de esto? Pues bien, soltada la teoría, Klout ha publicado la lista de los más influyentes en 2012 según su propio análisis, en cuatro campos: Personas, productos, compañías y ciudades.


¿Qué os parecen los resultados? Debo decir que no me han sorprendido en su mayoría (ojo, que no me hayan sorprendido no significa que no me parezca decepcionante que Justin Bieber esté en segunda posición...), supongo que en cuanto a productos era de esperar que al tratarse de datos relativos a social media los líderes iban a ser del sector de la tecnología, en compañías sí que esperaba alguna que otra multinacional (tipo Inditex), si os fijáis, sólo se cuela McDonald's que no tenga que ver con el sector tecnológico-social. Pero lo que sí me ha sorprendido mucho ha sido el ranking relativo a ciudades, Londres, anfitriona de las Olimpiadas 2012, ni siquiera aparece, ni Nueva York después del paso del huracán Sandy por la Gran Manzana, tampoco Japón, tras el terremoto que azotó el país nipón a principios del año.

Estemos más o menos de acuerdo, hasta aquí puede leer esta aplicación, que creo que no es poco.

Hasta la próxima publicación que ya será en 2013, espero que no sea tan tardía como esta a la anterior, ¡Felices Fiestas!


lunes, 10 de septiembre de 2012

Guarde su móvil y márchese sin comprar. Gracias.

Hace unos días estaba de compras en unos grandes almacenes (obviaremos el nombre, pero todos lo están pensando...) y pasé un momento de cierta vergüenza "por culpa" de mi teléfono móvil (¿Han oído aquello de la culpa es mía y se la echo a quien yo quiera?), pasando por la sección de cosméticos vi un artículo del que una amiga me había hablado insistentemente y me disponía a hacerle una foto para enviársela por Whatsapp e informarla de que ya había encontrado a mi presa. Justo cuando estoy posicionándome para hacer la foto, una dependienta se acerca a mí y me dice que está prohibido hacer fotografías a los productos dentro del establecimiento (dicho así queda fatal, pero debo reconocer que la chica me lo dijo en tono amable). Ni foto, ni compra, guarde mi teléfono, le pedí cientos de miles de disculpas y me marché.

Obviamente, no me iba a parar a pedirle explicaciones a la dependienta que hacía su trabajo y que al fin y al cabo cumple ordenes y lo cierto es que su mensaje está dentro de lo establecido por ley (en un establecimiento privado, y aunque esté abierto al público, puede haber normativa privada), no obstante, es probable que a sus supervisores les interese saber que los smartphones influencian actualmente el 4,9% del total anual de las compras en comercios minoristas en España y que más del 20% de los usuarios de teléfonos inteligentes del país reconoce haberlo utilizado alguna vez en el punto de venta para tener más clara su decisión de compra, que la gran mayoría de las consultas en el propio establecimiento se realizan en el punto más cercano al final del proceso y que, a veces, para muchas aplicaciones como Foursquare, Goodreads o Newin que facilitan ese "asesoramiento" es necesario, o al menos útil, aportar esa foto...

No puedo evitar que me extrañe que con los tiempos que corren sigan pasando estas cosas: ¿Quién no necesita un consejo u opinión estando ya en el punto de venta para tomar la decisión de compra?, ¿Por qué tienen que dar por hecho que quiero decir algo negativo del producto que estoy fotografiando y compartiendo? Quizás quiero informar de que el establecimiento dispone de un artículo muy codiciado, voy a contarle a mi entorno lo mucho que me ha gustado algo de la tienda, me gustaría acordarme mañana de que me enamoré de esa prenda que no me pude llevar hoy porque vengo sin blanca o quiero avisar de que el precio de algo aquí es más bajo que en ningún otro sitio (¿Estamos seguro de que les haría mal a estos señores que sus productos estén, por ejemplo, en mi perfil de Twitter expuestos de manera gratuita?).

Y lo que es más, si lo que voy a compartir es una mala experiencia de compra, un producto que no me gusta, un precio alto o, ¿Qué se yo? Simplemente voy a analizar tu artículo porque trabajo en la compañía que consideras principal competidor, no necesito ninguna fotografía de nada, puedo buscarlo en internet desde casa (probablemente extraiga más información) o puedo tener una difusión brutal sin necesidad de documento gráfico.

El cliente puede comparar precios, servicios y productos también desde casa y lo importante no es intentar ponerle muros a esa búsqueda de información in situ, sino soluciones. Si me haces "showrooming" (búsqueda por medio de aplicaciones que leen el código de barras y encuentran el mismo producto a un precio menor en otros puntos de venta físicos u online) yo te ofrezco "un valor añadido": Servicio postventa, up-selling (algo mejor y exclusivo por un poco más), programa de fidelización... lo que sea, pero con transparencia.

Personalmente, en mi trabajo me gusta ver qué dicen los clientes de nosotros, por ejemplo, en Foursquare. Qué fotografían, qué comentan, como comparten los momentos que pasan en nuestros establecimientos en la nube, qué malas experiencias han tenido para trabajar en mejorarlas... Es lo más parecido a una investigación de mercados (salvando las distancias, que nadie se me enfade), y encima gratis.

Así que lo dicho, señores retailers, queremos utilizar nuestros smartphones en las tiendas, por ese simple gesto, ustedes se hubieran ahorrado el post, yo no hubiera tenido una mala experiencia y hubiera ganado una brocha de maquillaje magnífica que ya, probablemente, se me olvidará comprar.

lunes, 13 de agosto de 2012

Los Juegos Olímpicos de las marcas

No voy a decir que he sido una fiel seguidora de los Juegos Olímpicos de Londres porque mentiría, quizás sí ha influido que ha coincidido con mi periodo vacacional, pero que yo no sea una gran entendida de los deportes no resta que me parezca un evento apasionante: El esfuerzo y el afán de superación de todos y cada uno de los deportistas (tanto de los que resultan vencedores como de los que no), la majestuosidad de las ceremonias de inauguración y clausura y, como no podía ser de otra forma, los esfuerzos de patrocinio de las marcas.
Los programas de marketing olímpico son controlados por el Comité Internacional Olímpico (CIO), los Comités Organizadores de los Juegos Olímpicos (COJO) y los Comités Nacionales (CNO), dividiéndose en los derechos de televisión (los grandes financiadores de los juegos), los programas de patrocinio, las entradas (a precios fuera del alcance de muchos de nosotros) y las licencias olímpicas (productos diseñados para conmemorar el evento).

Pero, ¿Cómo nace este afán de las marcas por aferrarse a los juegos? Empecemos por el ¿Cuándo?, Los Ángeles, 1984, se limita el uso de los símbolos olímpicos a un grupo restringido de empresas que pagaron por obtener esta exclusividad, llegando a alcanzar esta cantidad los 100 millones de dólares cuando, en las anteriores ediciones, apenas se llegó a los 10 millones. Si tu empresa quiere prestigio y reconocimiento internacional, lo pagas, y por supuesto, considérate afortunado de haber sido aceptado en el TOP (The Olympic Partner).

¿Y quiénes conforman este Olimpo de las marcas? Pues, entre otros, los siguientes: Coca-Cola (Amsterdam, 1928), McDonald’s (Montreal, 1976), Samsung (Sidney, 2000), Visa (Seúl, 1988), Omega (Los Ángeles, 1932), Kodak (Atenas, 1896… sí, los primeros Juegos Olímpicos modernos de Atenas), Panasonic (Los Ángeles, 1984)… no son pocos, no.

Pero sí los suficientes como para que se haya generado un mar de polémicas con ellos en todos estos años, recapitulamos las más recientes de Londres 2012:
La Real Academia de Colegios de Médicos de Inglaterra buscó excluir a McDonald’s y a Coca Cola de la lista de patrocinadores para la edición de 2012 por considerar que no era lícito que las dos marcas se promocionaran en un país donde los índices de obesidad son preocupantes. Obviamente no lo consiguieron, lo que es más, el nadador y ganador de una medalla de oro Ricky Berens subió a Twitter una foto tras su victoria en la que aparece comiendo un menú de McDonald’s, huyendo del mensaje “no coma McDonald’s”, sino más bien “comience a nadar”.
Otra más,  ¿Sabíais que según la Regla 50 de la Carta Olímpica las instalaciones comerciales y la publicidad están prohibidas en los estadios? No se pueden mostrar anuncios en los Juegos aunque el patrocinador sí podrá hacer uso de los aros en sus productos. Aunque estos coches que recogen las jabalinas y los martillos de los atletas han sido duramente criticados, pero lo cierto es que cumplen con la normativa: ¿Veis rastro de su logotipo por algún lado? No es culpa de los señores de Mini que su producto sea lo suficientemente identificativo…


La regla 40 de la Carta Olímpica también impide a los deportistas utilizar su imagen con fines publicitarios durante la competición. En este sentido, el Comité Olímpico Internacional está analizando el caso del atleta jamaicano, Yohan Blake, que lució un llamativo reloj de Richard Mille durante la prueba de 100 metros en la que quedó subcampeón. Si se determina que lo hizo a conciencia, puede ser sancionado e, incluso, descalificado.
Otro dato curioso es cómo hemos relacionado marcas que no eran patrocinadoras con los Juegos por el hecho de que su principal competidor si lo era. Según un estudio de Toluna Global Omnibus Survey, el 19% de los consumidores afirma que Burger King sí era patrocinador oficial, el 37% asociaba a Nike uno de los patrocinios principales, el 28% hacía lo propio con Pepsi y el 16% con Google. Y no han invertido un solo euro en el evento (entre comillas podríamos dejar a Nike, que se enganchó al carro con un spot en el que atletas anónimos intentan superarse a sí mismos día a día).


Lo cierto es que hemos estado, una vez más, ante el mayor evento deportivo del mundo, y si las marcas apuestan por estar en el ojo del huracán, sea al precio que sea, es porque merece la pena arriesgarse a que llueva alguna que otra crítica.  

viernes, 22 de junio de 2012

Renovarse o morir

Las personas cambiamos de peinado, de forma de vestir y de apariencia en general. Y nuestras marcas no van a ser menos, la imagen y la apariencia también puede extrapolarse al mundo de la empresa.
La importancia de la imagen corporativa de una marca radica en cómo queremos que nos vean y nos perciban nuestros clientes potenciales, al fin y al cabo, es la manifestación física de la organización. Y esto no es fácil de cambiar, además de arriesgado, por eso es importante valorar si este cambio debe ser parcial o total y contar con la seguridad de que estamos alineados en todos los ámbitos de la empresa.
Pero, ¿Qué nos lleva a plantearnos esta decisión? Los principales motivos son los siguientes…
-          Cambio de la estrategia global de la compañía: Todo lo que hasta ahora era importante transmitir o marcar como objetivo, cambia, por lo que la imagen debe acompañar a perseguir las nuevas metas.

-          Detección de errores en la imagen actual: Nos estamos equivocando, no estamos mostrando lo que realmente somos o queremos llegar a ser.

-          Cambiar la percepción del cliente: La empresa sigue enfocada a la misma actividad pero queremos ser percibidos de manera diferente.

-          Creación de nuevas líneas de negocio: La expansión requiere que todas las ramas de una misma compañía tengan un punto en común en su imagen que permita que el cliente relacione sus atributos y nos enfoquemos en una misma línea.

-          Especialización: Justo el proceso contrario, deshacerse del resto de líneas de negocio y enfocarse en una concreta, lo que necesitará una línea de imagen más específica.
A continuación, os dejo algunos de los cambios de imagen más populares:
Claro ejemplo, el de la marca de refrescos Pepsi, muy criticado en su última fase por algunos sectores de la sociedad americana al considerar que apoyaba de manera subliminal la candidatura del presidente Obama.


Movistar, o la ya olvidada Telefónica, que en sus más de 80 años de historia ha convivido con cuatro logos diferentes, siendo el primero el más duradero durante 60 primaveras. ¿A qué se debe el concentrar tantos cambios en sólo 15 años? Quizás en que, precisamente, el sector de la telefonía ha innovado a pasos agigantados en ese periodo de tiempo, lo que conllevó también la internacionalización de la compañía.

McDonald's, la multinacional de los arcos dorados ha cambiado su imagen en todo el mundo, dejando de lado los tonos rojos, relacionados tradicionalmente con la comida rápida, para redirigirse al verde, color que evoca hábitos de vida más saludables.

¿Y quién no recuerda el clásico logo de Danone? El cambio vino a finales de los 90, con el crecimiento de fabricantes de lácteos, que mostraban líneas más innovadoras y actuales, y obligó al gigante del sector a renovarse.

Tengamos en cuenta también que el cambio de imagen no supone sólo un cambio en colores corporativos, logos y eslogan, es algo mucho más profundo, desde packaging a puntos de venta, todo debe ir alineado en la misma dirección. Más adelante escribiré sobre la adaptación de estos cambios a las empresas retail.

Lo que sí es indiscutible es que estas insignias de las marcas ya forman parte de nuestra vida, pero como nosotros mismos, necesitan cambiar su apariencia, sea por el motivo que sea.